ángela

Elegante Conciencia dio muchas vueltas en mi cabeza hasta convertirse en lo que es hoy. En 2016, ante un proceso de reinvención profesional, de manera casual, empecé a descubrir los enormes impactos negativos que la industria de la moda actual fast-fashion genera. Empecé a estudiar, investigar, asistir a seminarios,… donde fui descubriendo qué hay detrás de la gran cantidad de prendas que hay en las tiendas cada semana.

Yo, que tenía el armario lleno de mucha de esa ropa, sentí la necesidad de generar un cambio que pudiera hacernos conscientes del enorme impacto que tiene vestirnos cada mañana. Esa fue la semilla que empezó a dar forma a lo que es hoy Elegante Conciencia.

Volver al origen, recuperar la costura en nuestras vidas como un acto revolucionario que nos ayuda a vestirnos como realmente pensamos, y a ser consumidores más críticos a la hora de comprar.

No fue fácil encontrar el camino pero menos aún la forma de hacerlo porque yo no “sabía coser”, lo había visto en mi casa desde siempre pero no me había parado a mirar ni a pensar en ello.

Encontrar personas que pudieran transmitir todos esos conocimientos (y ese amor y respeto por la costura) y que pudieran impartir las clases se convirtió desde el principio en una parte fundamental del proyecto.

Por ello, aunque hablo de mí, no puedo dejar de pensar en las personas que han formado parte del proyecto en algún momento en este camino, porque sin ellas esta idea de concienciar a las personas a través de la costura no hubiera sido posible.

Y tampoco puedo dejar de mencionar a todas las “Costuriles” que hoy, 5 años después de abrir nuestras puertas, han confiado en nosotras y nos han apoyado en este camino que esperamos que pueda cumplir su objetivo de concienciar del uso y consumo de ropa a través de la costura.

Todos vamos vestidos, así que todos podemos hacer algo.

“LA COSTURA COMO EJE PARA VOLVER A VALORAR LA ROPA QUE LLEVAMOS PUESTA”
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